EL INICIO DE UNA GUERRA

Transcurría el mes de Enero del año 1995, fui destacado a la Escuela de Paracaidistas del Ejercito no veía a mi familia aproximadamente dos años por que estuve trabajando en la 5ta DIS- BIS 85 Ampama una zona endémica por excelencia y era imposible estar con la familia, y pensaba que por fin estaría con ellos que tanto los extrañaba a mi querida esposa Miluska y a mis hijos Renato y Sebastián.

Luego de establecerme en la escuela llego la orden de que todos los oficiales del grado de Capitán conformarían unas patrullas para una posible entrada a la zona de conflicto, yo pensaba que esto era un poco difícil por que nosotros éramos como escuela los que formábamos a los soldados justamente para operaciones, hasta que un día el Coronel director nos dijo que comenzarían los entrenamientos pero que estemos tranquilos que era casi imposible que nosotros fuéramos al conflicto.

Hasta que una noche del 27 de Enero aproximadamente a las dos de la mañana nos mandaron llamar al patio del Batallón de comandos No 61 pensando nosotros ,que era un ejercicio mas como muchos otros.. Contamos a nuestros hombres 35 por patrulla con un sub oficial adjunto y en esos momentos la orden fue embarcarnos en los camiones y dirigirnos al Aeropuerto sin saber cual era nuestro destino, algunos decían y era lo mas creíble que nos íbamos a Tarapoto a relevar a un Batallón que se iba a ir a la guerra. Saliendo por la tranquera me encontré con mi hermano Tc. Luis Nuñez, contrariado me pregunta donde vas? No se le dije sola mente hazme el favor de entregarle esta cadena a Miluska si es que llegara a pasarme algo, fue un momento inolvidable en mi vida nos dimos un abrazo casi colgado del camión y con lagrimas en los ojos me dijo VIVA EL PERU!

Llegamos al Aeropuerto nos embarcamos sin saber nuestro destino y aterrizamos en un lugar que nadie conocía hasta que me encontré con un Técnico y me dijo MI CAPITAN DE NUEVO POR ACA, resulta que estábamos en Bagua, eran las once de la mañana, luego a unos camiones, Al milagro  la orden del Comandante General era de apoyar al Regimiento de Caballería 111 en Base Sur… Luego hasta Imazita y en helicópteros al PV1 llegamos a las cuatro de la tarde, nos reunimos con un comandante que nos dijo que la operación era de tres días, de las doce patrullas escogieron cinco entre ellas la mía, salimos a las cinco de la tarde y a las seis ya era de noche en el monte dormimos como pudimos luego de muchas caídas por parte del personal que no tenia experiencia de caminar en la selva.

Al día siguiente partimos muy temprano y a las doce del día aproximadamente nos encontramos con una patrulla de Batallón de Comandos No 19 que regresaban hacia el PV 1 con muchos heridos y un muerto al preguntar quien era me dijeron el Capitán JARA ESCHENONE mi gran amigo y promoción, fue una noticia impactante para mi.

A las seis de la tarde ya estábamos en Base Sur, hicimos el planeamiento para atacar Coangos a las cinco de la mañana del día siguiente, luego de esto nos dirigimos  con nuestras patrullas que se encontraban a unos cien metros del puesto de comando.

A las tres y cuarenta (nunca me olvidare de esa hora) se produjo un bombardeo que no sabíamos de donde provenía y era completamente oscuro todos gritaban, lloraban y yo trataba de calmarlos y hacerlos callar hasta que amaneció, nos dirigimos al Puesto de Comando y nos encontramos con un cuadro desgarrador había sangre, arboles caídos, pedazos de uniforme y lo peor de todo no había nadie. Sentimos tanta cólera, ira, venganza etc. Todo mesclado, tomamos la decisión de atacar a esa hora con los que quedamos y con lo que teníamos, cuando estábamos listos apareció un Sub Oficial de la nada indicándonos que fuéramos a un punto donde se encontraban reunidos los que habían sido atacados dándonos con la sorpresa que había dos muertos y casi ocho heridos. Ya estaba en la guerra, de un día para otro, planeamos mejor y con la tranquilidad necesaria recibimos la orden de que el ataque seria con orden del Escalón Superior, como se realizo luego con la Escuela de Comandos del Ejercito,  permaneciendo en la zona de operaciones no por tres días sino por tres meses con un mismo uniforme pero con el orgullo de haberlos desalojado y haber luchado por mi Patria.

JUAN NUÑEZ ARANDA